(Foto: boda nudista)
En Brasil conviven la extrema fe religiosa y un impropio pudor hacia el cuerpo: el top-less es ilegal en la mayoría de las playas pero las brasileñas apenas se cubren sus vergüenzas con anecdóticos tangas. Pocos lugares más adecuados que Brasil para que implote el nudismo cristiano, un movimiento que cobra fuerza en América, para espanto de los puritanos.
Adán y Eva iban desnudos por el Jardín del Edén antes de cometer el pecado original. Por tanto, la desnudez precede al pecado y no ha de ser inmoral, aducen los cristianos nudistas. Ese mismo pasaje del Génesis lo utilizan los detractores del nudismo: “El desnudo sólo era posible mientras no había malicia en el corazón del hombre”.
Mientras resuelven estos debates teológicos, los evangelistas nudistas leen la Biblia y celebran encuentros pentecostales en las playas nudistas de Rio de Janeiro. No han llegado, eso sí, a celebrar misas nudistas como hacen los holandeses de la organización Gan Eden (el padre sí va vestido), siempre que sus correligionarios integristas se lo permiten.
Los cristianos más proclives a ponerse en pelota viva son los protestantes, incluidos ciertos grupos de cuáqueros y, sorprendentemente, algunos mormones de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, que igual visten de riguroso negro que andan en cueros por la congregación (en Wikipedia hay una profusa lista de movimientos cristianos nudistas). También son dados al despelote los ortodoxos, aunque más por eslavos -tan poco dados ellos a los tanlines- que por ortodoxos.
Hace unos años el Times informó sobre la apertura del “primer campo nudista cristiano en EEUU”, concretamente en Tampa, Florida, con el nombre de Natura. Su fundador, Bill Martin, tuvo que bregar con amenazas, obstáculos legales y un sinfín de disputas doctrinales. Sus detractores le acusaron de ser el Anticristo y el vivo ejemplo de “la decadencia moral del país”. Hasta fue expulsado la asociación de nudistas americanos por publicar fotos cochinas en su página web.
Y eso que Martin seguía con casi un siglo de retraso al reverendo Illey Boone, a.k.a. “tío Dani”, fundador de la Asociación Americana de Tomadores de Sol, quien asumió que nudismo y cristianismo podían perfectamente ir de la mano como los tonticos de Víctor Manuel. Boone fue el primero en publicar una revista sobre naturismo en EEUU, “Sunshine & Health”, que el Servicio Postal se negó a distribuir por “obscena”. Su posterior victoria legal en el Tribunal Supremo le convirtió en una suerte de Larry Flint de los años 30.
Boone fue pionero en el Nuevo Mundo pero se elevó sobre los desnudos hombros de otros gigantes. Si nos remontamos aún más en el tiempo nos topamos con los adamitas, una secta gnóstica surgida en el siglo II que se desnudaban durante la oración. La enciclopedia católica les describe como “secta tenebrosa“.
Decía al principio de este artículo que pocos lugares más adecuados que Brasil para que brote el nudismo cristiano. Sin duda, su Vaticano estaría en Pelotas.
Visto en Strix. Galerías de fotos cristianos nudistas (y algún ateo inflitrado), a tutiplén.
Fuente/ Autor: 1 Febrero 2010, Iñaki Berazaluce, en Como Dios les trajo al mundo
