¿Somos tolerantes con los nudistas?
Prejuicios...
Nuestra Constitución garantiza el «Derecho a la propia imagen», el derecho a mostrarnos ante los demás como nos plazca. No existe, pues, necesidad de legislación alguna que nos marque como debemos vestirnos, y cuando ésta se ha intentado imponer desde alguna autoridad, como fue el caso del alcalde de Getxo (Bilbao) el pasado año, instancias jurídicas o consultivas como la defensora del pueblo han concluido que «el Ayuntamiento no dispone de habilitación legal para intervenir en la actividad de los particulares y obligar al uso de determinadas prendas de vestir».
Y es que tras la llegada de la democracia a nuestro país se fueron eliminando del Código de Derecho Penal los artículos referentes a los delitos de escándalo hasta llegar a su total desaparición en el Código vigente, en consonancia con el expreso sentir de nuestra Carta Magna.
Son cada vez más (alrededor de 500.000) los ciudadanos españoles que han descubierto la inutilidad del uso de prenda alguna para el ejercicio de determinadas actividades, especialmente cuando se trata de tomar el sol o de bañarse. Y son cada vez más también los que prescinden de la ropa en sus casas o a la hora de dormir.Pero a pesar de la lógica situación de legalidad del desnudo, aun existen sectores de población en España no tanto en otros países de Europa, especialmente del norte reticentes a esta postura de libertad, de naturalidad y de higiene. Personas que siguen identificando el desnudo en común entre distintos géneros (no así en vestuarios no mixtos) con el sexo.
Esto genera que el naturista medio siga acudiendo a playas recónditas o de tradición, como las casi 500 que se reflejan en la Web de la Federación Naturista (FEN) , y que entre los naturistas, incluso asociados, se siga llevando discretamente su pertenencia ante familiares, amigos y compañeros de trabajo. Se da el caso de que el matrimonio más anciano de la Asociación para el Desarrollo del Naturismo de Madrid (ADN) no ha comunicado nunca a sus hijos y nietos como pasan sus vacaciones desde hace ya bastantes años, o que una de nuestras socias lo dio a conocer a sus amigos y parientes a través de un programa de televisión titulado «En mi casa no saben que » , con una asombrosa, para ella, buena acogida por parte de amigos, parientes y compañeros.
Se podría decir simplemente que nos desnudamos «porque nos da la gana», porque nos sentimos más libres. Si al ducharnos o bañarnos en la intimidad o en vestuarios públicos no usamos bañador, ¿qué sentido tiene usarlo sólo porque haya personas del otro sexo?
Es evidente que los contrarios al naturismo padecen una deformación que podríamos llamar genitalismo, pues consideran a una persona desnuda sólo si muestra sus genitales. Aunque lleve una camiseta y unas zapatilla coincidirán en que está desnuda. Por supuesto es también frecuente que el naturista medio sea una persona preocupada por el medio ambiente, por la alimentación sana, por el respeto al otro, aunque nunca por su aspecto físico ni por el de los demás. ¿Se necesitan más motivos?
Autor del texto :Ismael Rodrigo ; presidente de ADN de Madrid(http://www.naturismo.org/adn/index.html ) y de la FEN (http://www.naturismo.org/ ) .Fuente del Texto: diario "El Mundo " edición del Domingo 9 de Junio de 2002